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¿Se le alinearon las estrellas a Peñalosa?

Fuente: website candidato Enrique Peñalosa
Fuente: website candidato Enrique Peñalosa

10 razones que van a jugar a favor de Peñalosa y que indican que sí; las estrellas se le alinearon:

1. Votos de Uribe que se van. En esta oportunidad los votos de la mermelada probablemente no le alcancen a Santos. De tajo se le desaparecen una gran cantidad de los votos que Uribe le puso en el 2010. ¿Cuántos pudieron haber sido? ¿4 millones? ¿5 millones? ¿Todos los 9 millones? También se le fue de su lado toda la emoción y euforia que despierta/despertaba Uribe. Santos adolece de aburrido y le cuesta conectar. Hace 4 años el carisma de Mockus contrapesaba el carisma de Uribe. En esta oportunidad, si bien Peñalosa no es el más carismático, Uribe ya no es el candidato a vencer y el problema de carisma de los otros, es aún más doloroso. El momento político del país no es tan tenso como el de hace 4 años –factor 2ª reelección Uribe ya no está presente-, por algo, las elecciones se han percibido aburridas; pero se va a poner bueno. Al final, es probable que Santos termine pagando un alto costo al haberse elegido sin votos, ni discurso propio.

2. Aburrimiento con el Status Quo. Igual que hace 4 años, un bloque considerable de colombianos sigue hastiado del establecimiento y los políticos. Ahí tenemos el enorme protagonismo del voto en blanco en las actuales elecciones. Este rechazo es un sentimiento que persiste desde hace años, incluso desde la primera elección de Uribe, que en su momento capitalizó tremendamente con su arenga contra la politiquería y la corrupción. Nadie sabía lo que vendría. Con la Ola Verde el sentimiento eferveció. Y el actual gobierno, de manera genial, decoró el clientelismo con el rótulo de mermelada. La estructura emocional del país se mantiene.

3. Discurso urbano y calidad de vida: Los problemas de calidad de vida están cada vez más presentes en la conciencia de los colombianos: transporte y movilidad, espacio público, seguridad urbana/robo de celulares, educación de calidad, acceso a salud, servicios públicos, etc. El país se ha transformado profundamente y hoy Colombia es un país mayoritariamente urbano; es un país de ciudades. Con eso en mente, Peñalosa tiene una visión de sociedad que nos habla sobre todo esto y proyecta soluciones para estos problemas. La transformación que llevó a cabo en Bogotá dio cuenta de eso.  Lo que hagamos con nuestras ciudades dictará el futuro del país. Un tema absolutamente estratégico, central y clave para el posconflicto pero que increíblemente pasa de agache en el debate nacional.

4. Voto en Blanco: Es en su mayoría una intención marcada por la independencia. Es un voto de opinión que protesta en contra de un sistema contaminado de clientela y corrupción y obviamente alejado del ciudadano y sus problemas.  Hasta hace poco rondaba el 30% y le ganaba a todos. Todos los expertos dicen que en la medida que se acerque la elección este irá cayendo y así está ocurriendo ¿En qué dirección creen que caerá? ¿Santos o Peñalosa? La tendencia viene apuntando en el sentido de que lo que caiga del voto en blanco lo recogerá Peñalosa.

5. Santos no crece: Uno no ve que Santos tenga para donde crecer pero sí que pueda caerse. El presidente no es completamente dueño de sus márgenes de favorabilidad, ni está en control de la opinión; distinto fue el caso de Uribe. Hemos visto en el transcurso de estos 4 años la fragilidad de estos índices. Cualquier escándalo o movilización social que le estalle acercándose la elección, le representa una seria amenaza. Ya se asomó un nuevo paro agrario.

6. El factor Uribe. Gústenos o no, Uribe es quizás el jugador más decisivo del ajedrez político nacional y puede que sea el principal elector del país. En el escenario de una segunda vuelta, sus votos y cualquier guiño que dé, podrán ser determinantes. ¿A dónde se van los votos de quienes odian o no les gusta Santos? El uribismo preferirá cualquier cosa menos a Santos.

7. Distancia frente a Uribe: la gran lección de Bogotá. Peñalosa debe saber que no puede repetir el error que cometió en Bogotá en relación a Uribe. No lo necesita. ¿Por qué si desmarcado de Uribe, crece por sí solo, cambiar el esquema de lo que le está funcionando? Tiene que mantener firme su discurso ciudadano y posición independiente. Un error en esto y sepultará sus posibilidades como le pasó en Bogotá. Por eso, Peñalosa deberá tener mucho cuidado con los guiños que le pueda lanzar el expresidente.  Pero es más, está obligado a marcar una clara distancia. Sr. Peñalosa ¿Había necesidad?

 8. Nada que perder/Juegan mejor. Parece ser un patrón de los verdes. Resucitan cuando están enterrados. Es cuando mejor juegan y más rentan políticamente, creo que por que vuelven a su esencia independiente y al discurso que han construido a lo largo de sus vidas. Lo que lo hace creíble, la gente se los reconoce  y por eso tiene tracción. En el caso de Peñalosa a pesar de la salida en falso que tuvo en Bogotá cuando la elección era suya. Ninguno de los otros candidatos cuenta con esto, un discurso propio y probado. Mockus lo tenía hace 4 años y es algo en lo que Fajardo viene trabajando día a día.

El reto es no errar el tiro una vez posicionados como verdaderos contendores.

 9. Los votos de la consulta verde. Estos votos fueron reales. Más de 2 millones.  Ahí está la cuota inicial que ni siquiera el Presidente Santos tiene. ¿Será que los jóvenes que apoyaron la Ola Verde, ya un poco más maduros, representan un voto más confiable? ¿Menos eufóricos y expresivos en las redes sociales, pero más confiables con el voto? Podría ser.

10.  El factor Petro. Antes de su destitución definitiva, Peñalosa procuró guardar un silencio prudente sobre la situación del alcalde de Bogotá. Peñalosa apoya la posición de Santos, sin embargo ha buscado pasar de agache, dejando que Santos absorba el golpe. Como él, los demás candidatos, excepto el Polo, todos apoyaron la ratificación de su destitución. ¿Hacia dónde y qué tan efectivamente canalizará Petro su indignación? ¿Cuáles son sus posibilidades de dirigir su indignación hacia el voto en blanco? ¿Cuál es su verdadero caudal? En estos momentos, este puede ser el factor más incierto del tablero político. Por estos días, la senadora electa Claudia López, dirigía toda su indignación por la destitución de Petro contra el Presidente Santos.

****El Bono. Apuesta certera por la educación del país: Así lo confirma la elección de su fórmula vicepresidencial; Isabel Segovia. No es carreta. La educación no será el cliché  y relleno que fue durante estos 4 años. Segovia le ha entregado su vida profesional a la causa de la educación del país. En esto Segovia no cederá, los colombianos pueden estar seguros. Por parte del candidato, esta es una clara señal de sus intenciones de trabajar con los mejores para resolver los problemas de fondo del país, fortaleciendo su discurso y posición independiente contra la politiquería y la corrupción.

Solo por esto, valdrá la pena votar por Peñalosa.

Las estrellas se alinearon. El resto le corresponderá a la campaña y a los colombianos que deciden.

Durante las pasadas elecciones, antes de que se configurara el fenómeno de la Ola Verde y cuando Fajardo lideraba las encuestas entre los alcaldes, escribí sobre la posibilidad de una alternativa política independiente en medio del clima tenso y polarizado y la estéril dialéctica Uribismo/Antiurisbismo. Al final fue Mockus el que encarnó la alternativa.

El artículo terminaba de la siguiente manera: “Los votos de las maquinarias se encuentran prácticamente contados y comprometidos. La fórmula del voto de opinión, aunque no obliga, y por lo tanto no es garantía de nada, tiene sí, sobre los elementos de la inspiración, la persuasión y la convocatoria el potencial de generar una verdadera bola de nieve.” Sin ser la Ola Verde, es innegable que acá hay un contexto muy favorable para esta candidatura. (Ver artículo elecciones 2010)

¿Por qué no Peñalosa en el 2014?

El artículo fue publicado este domingo en El Espectador. La de miblogota es una versión  más completa. http://www.elespectador.com/opinion/se-le-alinearon-estrellas-penalosa-columna-482602

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Ni Uribe, Ni Petro, Ni La Revocatoria

Uribe envidia a Santos
Matador

Son idénticos pero al revés. Para unos, si no se es Uribista y no se repite fanáticamente todo lo que dice el exmandatario y se le absuelven todos sus excesos cuando gobernó Colombia, se es guerrillero, izquierdoso, petrista, santista, traidor a la patria, comunista, en fin. Para los otros, si no se es Petrista y no se repite fanáticamente todo lo que dice el alcalde y se le toleran todos sus excesos, errores, inconsistencias mientras gobierna Bogotá, se es uribista, santista, rico, contratista corrupto, practicante de la política del odio, reaccionario, burgués, y así.

El único juego que este par de políticos saben jugar y juegan se llama polarización. Un juego que busca sistemáticamente la confrontación. Pero una confrontación maniquea que parte siempre de marcar dos bandos. Unos son buenos y los otros, malos. Que por supuesto los buenos siempre serán los míos. Siempre. Es un juego supremamente básico de entender, pero que así como es de elemental, es peligroso y nocivo, pues consiste en simplificar y amañar de manera sesgada la realidad, planteándolo todo en términos de opuestos que se anulan; blanco y negro, todo o nada, ellos o nosotros, buenos o malos, izquierda y derecha. A lo barra brava.

Sabemos que la realidad es mucho más compleja que eso.

Matador
Matador

La estrategia la centran en dividir y confrontar. Su identidad política se forja y madura en contraposición a otro o a algo. Se crecen cuando la oposición se radicaliza. Buscan intencionalmente que la oposición se radicalice. Son mediáticos, twitteros y les gustan las palabras fuertes. Necesitan estar en el centro de todo. La noticia los busca y ellos a ella. Desnudan la ausencia de instituciones fuertes, al tiempo que debilitan la institucionalidad. Ellos son las instituciones. Ellos son los dueños de la verdad. ¿Cómo Chávez? Idénticamente. Al final, más que proyectos de sociedad, o de ciudad, persiguen es proyectos de poder. No logran escapar a esta dinámica. Son hijos de ella.

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Sr. Peñalosa ¿Había necesidad?

¿Después de militar toda una vida como independiente, y de ser, de lejos entre el lote de candidatos el más capacitado para gobernar Bogotá, había necesidad de aliarse con Uribe, y llenarse de cuestionamientos que hasta el momento no había tenido?

El mismo Peñalosa se encargó de marginar la más importante ventaja comparativa que en la actual coyuntura de crisis de la ciudad, candidato alguno pudiera presentar frente a sus rivales:

Profundo conocimiento de la ciudad, experiencia probada como alcalde, status como reconocido experto internacional en temas urbanos, y una carrera política, que no exenta de fracasos, se mantenía limpia de asociaciones con corruptos y políticos tradicionales.

En entrada  del mes de Mayo, alrededor de la alianza entre Peñalosa y el expresidente Uribe, y la gavilla de concejales uribistas que cogobernaron con Samuel Moreno, dije lo siguiente:

 “Creo en la necesidad de reivindicar las opciones políticas ciudadanas y aquellas que por trayectoria dan mayores seguridades de no terminar contaminadas por la politiquería y la corrupción. Creo en la urgente necesidad de derrotar por medio de la inspiración, las buenas ideas, y el voto de opinión –el más difícil de conquistar-,  al voto emocional, politiquero y asociado a cálculos electorales. Hoy más que  nunca el electorado bogotano tiene la responsabilidad de elegir un programa sólido que demuestre independencia y firmeza frente al manoseo de la clase política oportunista y clientelista.”

Tristemente, siendo el mejor preparado de los candidatos,  con las mejores credenciales para competir en un debate de ideas sobre la ciudad, con evidencia dura a su favor de ser un gran realizador de ideas, y blindado por una vida limpia de sospechas de corrupción, tiró por la borda esta ventaja, cuando se amistó con Uribe.

Insólitamente, como se vio en el debate televisado de RCN, remata sus últimos días de campaña defendiendo a los concejales de la U, de quienes se sospecha con fuerza, fueron cómplices de los Moreno en el carrusel de la contratación.

Mejor dicho. Sin tener nada que ver en ese entierro, termina cargando el muerto. Terminó debiéndoles. Así es. La politiquería tiene su precio en campaña, y no lo duden, también lo tendrá al gobernar.

Por eso: «Hay cosas que no tienen precio. Para todo lo demás existe Master Card.» 

Una vida limpia de asociaciones con corruptos y políticos tradicionales. No tiene precio.

Pregunto nuevamente. ¿Había necesidad?

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Bogota Ciudad y Ciudadanía Elecciones Bogotá 2011

Uribe, la Encrucijada de los Verdes, y el debate que los bogotanos no podemos eludir

Imagen-Revista Semana

La figura y las salidas del expresidente Uribe enrarecen el panorama electoral, arrastran y reducen el debate electoral sobre el futuro alcalde de Bogotá a un asunto de mecánica electoral, y se asoma la esterilidad de una discusión planteada en términos de Uribistas vs Antiuribistas. No es lo que necesita Bogotá en medio de esta trascendental elección; pero así será. Uribe se hará sentir gústeles o no. Prueba de ello, es la difícil situación que por estos días suscitó su reiterado respaldo al exalcalde Enrique Peñalosa en las filas del Partido Verde, y que hoy distancian al candidato del ala de su copartidario Antanas Mockus.

En el caso particular de los verdes el efecto Uribe está obligando al partido a escoger entre dos orillas que a mi parecer resultan irreconciliables, y por eso, la dureza y la franqueza de las palabras que dirigió Mockus a Peñalosa la semana pasada: “Uribe o yo”. Tras analizar el incidente me inclino por pensar que no es capricho. La posición radical de Mockus hay que entenderla a partir del contexto y del discurso que dio vida a la Ola Verde en medio de las presidenciales del año pasado, pues el fenómeno nació fundamentalmente como una vehemente y refrescante contrapropuesta a los métodos de hacer política del uribismo.

Fue del discurso anticorrupción y gracias a la apuesta por una manera distinta de hacer política de donde obtuvo su fuerza la opción verde. Fue un fenómeno ciudadano que creyó en un equipo de políticos independientes, probados exitosamente al frente de la administración de Bogotá, y Fajardo en Medellín. El discurso encontró su fortaleza y margen para crecer en la coherencia que existió entre la trayectoria de sus candidatos y los postulados que exhortaron.