Una teoría epidemiológica del crimen. El crimen es contagioso.
Expuesta originalmente por George L. Kelling y James Q. Wilson en un artículo publicado en The Atlantic Monthly en 1982, y llevada a libro en 1996 junto con Catherine Coles bajo el título de Arreglando ventanas rotas: Restableciendo el orden y reduciendo el crimen en nuestras comunidades, la teoría sostiene que el caos reproduce más caos, y que éste, a su vez reproduce inseguridad.
Los autores afirman en su artículo que en el ámbito local “el desorden y el crimen suelen estar inextricablemente unidos, y tienen una relación de desarrollo secuencial. Sicólogos sociales y policías suelen estar de acuerdo en que si se rompe una ventana de un edificio, de no ser reparada, muy rápidamente las demás ventanas también terminarán rotas. Lo cual es cierto para barrios buenos como para malos y deteriorados……. una ventana rota sin reparo es una señal de que a nadie le importa, y por tanto, romper otras cuantas no tiene costo alguno. (Además romper ventanas siempre ha sido divertido)”[1].

El anterior es un párrafo que recoge ideas muy sencillas pero de enorme poder en términos de comprensión de cómo el comportamiento de las personas se ve tremendamente influenciado por dos factores, capaces de reproducir situaciones y comportamientos en las personas de manera contagiosa y viral, para mal o para bien: 1) el contexto de las cosas/las características de un lugar/el ordenamiento de un espacio, y 2) el comportamiento y las acciones de las otras personas.
Llevado al ámbito urbano, de la ciudad, el párrafo sugiere unas cuantas conclusiones también muy sencillas, también de enorme poder:
1. El ordenamiento y cuidado del espacio público es supremamente importante como medio que regula positiva o negativamente el comportamiento de las personas que interactúan en él.
- Un lugar caótico, desordenado y sucio, invita, y casi que asegura la reproducción de su estado, y da pie para que en él se produzcan y reproduzcan malos comportamientos ciudadanos. Círculo vicioso.
- Igualmente, pero de manera inversa, un espacio ordenado, limpio y bien tenido, propicia en las personas que interactúan con éste, un sentido de obligación de mantenerlo en perfectas condiciones. Círculo virtuoso.
- Los detalles importan. Una ventana rota, de no reparase, termina en 100 ventanas rotas.
Ejemplo práctico: Si el parque de la cuadra esta vuelto nada, probablemente yo no me preocupe por recoger el popó de mi mascota. Una basura más una basura menos, un dueño de mascota más que no limpia lo suyo, qué importa. El deterioro del parque continuará, hasta tal punto, que perderá por completo su propósito original de ser un punto de recreación, encuentro, e integración de la comunidad. Y más temprano que tarde, terminará totalmente deshabitado, convertido en un lugar inhóspito, oscuro, e inseguro. Pero si el parque está impecable, ello hará que me tome el trabajo de mantenerlo como está, de recoger mi basura y todo lo que haga mi perro.
Ejemplos de Ventanas Rotas en la infraestructura y el espacio público: basuras, huecos en las vías, grafitis que afean la ciudad, semáforos dañados, andenes en mal estado, señalización estropeada, parques sin mantenimiento, alcantarillas abiertas, puentes peatonales cayéndose, bombillas de la iluminación públicas fundidas, esculturas grafiteadas, etc.
2. Una regulación estricta y consistente del comportamiento de las personas en el espacio público, comenzando por lo más básico, procurando garantizar el respeto y cuidado de lo público, así como la tranquilidad y calidad de vida de sus habitantes, resulta estratégico para la convivencia de una ciudad.
- El mal comportamiento de una persona o grupo de personas da permiso a otras de hacer lo mismo.
- Y de manera inversa, ser testigos de comportamientos y acciones positivas y respetuosas de las normas, nos invita a seguir el ejemplo.
- Ejemplos prácticos:
i. Si estando en el parque no recojo el popó de mi mascota, estoy dándole permiso a otros dueños de mascotas que me están viendo, de hacerlo también. Resultado: La repetición de esta acción por varias personas termina por arruinar el parque.
ii. Si cruzo la calle por fuera de la cebra, o sin usar el puente peatonal, estoy dándole permiso a otros de hacer lo mismo. Resultado: Pongo en riesgo mi vida, otros ponen en riesgo la suya, riesgo de ocasionarle un accidente a los vehículos.
iii. Si hago doble carril para cruzar a la izquierda, probablemente otros harán lo mismo. Resultado: Trancón, embotellamiento, irrespeto del orden de llegada al semáforo, desorden en el tráfico vehicular.
iv. Al no esperar el bus en el paradero, estoy dándole permiso a los conductores de buses de recogerme en cualquier lugar, y promoviendo la reproducción de la misma conducta en otras personas. Resultado: desorden en el tráfico vehicular.
v. Si me estaciono en la 7ª con las luces de parqueo a esperar, estaré dando permiso a otros de hacer lo mismo. Resultado: desorden en el tráfico vehicular, trancón, irrespeto entre ciudadanos, etc.
vi. Si varios estacionan en una vía, así haya señal de prohibido parquear, es señal de que realmente NO es prohibido parquear. No hay sanción social y no hay sanción formal o legal. No hay vergüenza, no hay multa, nada sucede.
Reflexión: Todos son comportamientos que afectan el bien colectivo, y que al final, terminan afectando a aquel que incurre en ellos. Son “ventanas rotas”.
La teoría de las ventanas rotas sugiere un objetivo principal: orden en el espacio público a partir del cuidado de los más pequeños detalles y la regulación de las conductas más elementales de los ciudadanos. En parte se logra con autorregulación social, es decir aquella que ejercemos entre nosotros los ciudadanos, pero la verdadera clave, se encuentra en las autoridades de la ciudad y su consistencia en la regulación y sanción de los malos comportamiento de la gente.
Intervenciones efectivas en esta dirección pueden propiciar procesos de transformación urbanos sorprendentes. El éxito del proceso vivido por Bogotá durante las administraciones Mockus-Peñalosa-Mockus debe mucho a la aplicación de sus postulados. Los Mimos, las tarjetas con dedo arriba (verde) y dedo abajo (roja), caballeros de la cebra, día sin carro, Ley Zanahoria, jornadas de vacunación contra la violencia, recuperación de espacios públicos y aceras, intervenciones urbanísticas como: parque tercer milenio, bolardos y andenes calle 15, Plaza de San Victorino, intervención del Cartucho-Parque Tercer Milenio, TransMilenio vs transporte tradicional, bibliotecas públicas, ciclorutas, etc. Todos intentos por inducir mejores comportamientos ciudadanos y mejoras en la calidad de vida a través de proyectos de educación ciudadana, ejercicio de la autoridad, así como con intervenciones urbanísticas, proyectos de transporte público masivo, y proyectos culturales dirigidos a privilegiar lo público sobre lo privado y a propiciar verdaderas dinámicas de integración social.
Lastimosamente, son procesos que para su sostenibilidad requieren de liderazgo por parte de las autoridades de la ciudad, y verdadera madurez política de su ciudadanía. En el caso bogotano, Lucho Garzón se eligió contrariando el proyecto de ciudad que venía en curso, y le restó velocidad al proceso. Hoy secunda la candidatura de Enrique Peñalosa. Para el 2008 Bogotá eligió a Samuel Moreno, un candidato lleno de promesas vacías, que habla mucho del metro y proyectos sociales que ya venían consolidados de administraciones anteriores, y muy poco de tanta “ventana rota” que permanentemente vemos en nuestras calles.
El viernes de la semana pasada, La Cámara de Comercio de Bogotá saca su informe sobre la seguridad de la ciudad. No es un problema de percepción de los ciudadanos como el alcalde y las autoridades de policía lo argumentan.
La ciudad se encuentra en un estado generalizado de deterioro y la inseguridad anda disparada.
Ahí tienen: “Teoría de las ventanas rotas”.
[1] Artículo Atlantic Monthly
7 respuestas a «La Teoría de las Ventanas Rotas Parte II->Bogotá->Caos->Inseguridad»
El Director de la Policia Nacional, Oscar Naranjo, hace alusion a la Teoria de las Ventanas Rotas en entrevista con Yamid Amat, El Tiempo.
¿Por qué los niveles de aceptación de la Policía son buenos, pero la percepción de inseguridad es tan alta?
«El ciudadano se siente amenazado, no por el desempeño institucional, sino por otras causas. ¿Qué le mortifica? Los problemas de movilidad y la estética de las ciudades. La gente tiene miedo de que los muchachos tomen licor en espacios públicos, de que haya calles tan oscuras; de la presencia de indigentes. Producen miedo y zozobra escombros y basura en las vías, la invasión del espacio. Y esos temas afectan la seguridad; muchos tienen que ver con el ordenamiento de un país que se urbanizó sin normas.»
Ver: http://www.eltiempo.com/justicia/alcaldes-de-bogota-y-cali-responsables-de-la-sensacion-de-inseguridad_9148720-4
El tema es interesante pero como siempre el diablo esta en los detalles. Y en este caso el punto es qué consideramos ventanas rotas? La basura y los huecos y por supuesto las ventanas rotas son ejemplos simples de cosas que queremos evitar pero la situación se vuelve mucho más compleja en los casos concretas. Por ejemplo en el parque de la 93 hace años le tienen vetado el acceso a los vendedores ambulantes con el argumento de que deterioran el ambiente del parque. Podemos en una sociedad democratica considerar a las personas ventanas rotas? Si si, donde trazamos la linea, ¿son solo los indigentes y los vendedores ambulantes ventanas rotas o tambien las tribus urbanas tipo skaters y punks? Si nos tomamos muy a pecho el tema de excluir los ¨puntos negros¨ de los espacios bien mantenidos corremos el riesgo de estar creando sociedades paralelas basadas en conceptos muy cuestionables de lo deseable y lo indeseable.
Creo que mas que personas, son comportamientos y actividades las que deben considerarse ventanas rotas. De tal manera que no solo las ventas ambulantes se les considere ventanas rotas, pero por ejemplo tambien el estacionamiento por parte de personas prestantes en zonas prohibidas, y conductores agresivos,y si, las basuras, pero el arrojar basuras. Se trata de una reflexion sobre aquello que es publico y aquello que es del fuero de los privados, y la necesidad de regular y cuidar los espacios de integracion y de encuentro entre personas. Yo lo veria mas de esa manera. Los punks y los skaters, y los emos estan bien, pero como todos, deben estar sujetos a codigos de convivencia y respeto por los espacios publicos.
Muy real la exposición. Le agregaría la necesidad también de llegar a la ciudadanía con consejos prácticos y solidarios para enfrentar temas, como la inseguridad. Si como candidata le entrega a sus simpatizantes unos tips seguro que estas medidas van a calar. Reunáse con sus familiares y amigos más cercanos y planeen alternativas de comunicación en caso de peligro. Usar un pito, gritar, marcar desde el celular y no hablar, una palabra clave que denote peligro o problemas. Preócupese por conocer la nuevas formas de delincuencia. Son consejos de Gina Parody, por su seguridad.
Todo lo de la Teoria de las ventanas rotas esta bien,lo que a mi parecer falta es lo que nos enseñaron de pequeños en los colegios y que hoy sentimos su ausencia: Manuel de comportamiento,convivencia,urbanidad y civismo…en una sola palabra EDUCACION…eso es lo unico que puede atajar y solucionar la ley de las ventanas rotas.
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