Categorías
Mejores Prácticas Urbanas

La Economía Azul es sostenible

Autor invitado: Carlos Cadena GaitánLa Ciudad VerdePublicado en El Mundo

La Economía Azul-Gunter Pauli

Para nadie es un secreto que la Tierra avanza hacia una monumental catástrofe ambiental. Aunque somos muchos los que nos esforzamos por contribuir desde nuestras propias comunidades para lograr cambios a nivel local, son muchísimo más poderosos quienes han decidido anteponer la ganancia económica a la salud del planeta.

No nos mintamos, este bello planeta nuestro es manejado por las fuerzas de la economía de mercado. Cualquier estudiante de negocios nos puede explicar el mantra: hay que competir en el mercado global, producir al menor costo marginal, vender al máximo precio posible, enfocarse en core competences, buscar economías de escala, destruir a los competidores; la Escuela de Economía de Chicago nos convenció de que el Gobierno no debe interferir en esta danza perfecta del mercado. Los genios del marketing se inventaron los conceptos de Responsabilidad Social Empresarial y el triple resultado en el estado de resultados contables, para vendernos la idea de que una compañía que destruye páramos y reservas forestales también puede ser buena, si le da un poquito a la caridad.

¿El resultado de estas décadas de ‘crecimiento económico’? Millones de personas abandonando sus comunidades rurales para mudarse a los barrios informales de las ciudades, desempleo masivo (desde Colombia hasta Marruecos), una inequidad que nos golpea a diario en cada semáforo, un culto al consumismo que ha generado deudas inauditas, y una destrucción sin precedentes de nuestros recursos naturales. ¿Sí habrá gente que piensa que este sistema está funcionando?

Un nuevo modelo económico se ha venido abriendo camino en este mundo globalizado: la Economía Azul. Además de proponer una ruptura radical con el movimiento verde, propone una concepción absolutamente distinta de la lucha por la sostenibilidad. La gran ‘paradoja verde’ dicta que lo que es bueno para nosotros y para el ambiente es carísimo, mientras lo que es malo para nosotros y el ambiente es barato. Bajo el modelo de Economía Azul, no se busca ‘reducir’ la contaminación ni solucionar ex-post los daños ecológicos. Por el contrario, se busca estructurar un sistema auto-suficiente y dinámico que re-define el concepto de los desechos y busca prevenir el uso de materiales que solo pueden ser usados una sola vez (ejemplo: el petróleo).

Ya hemos sido testigos de muchos éxitos de la Economía Azul. Desde el aprovechamiento del ripio del café para cultivar champiñones en casa (recordemos que en nuestra taza matinal de café solo utilizamos el 0.2% del producto), pasando por la utilización del agua caliente -que resulta como ‘desecho’ de la producción de la cerveza- para el cultivo de peces en estanques, hasta la generación de grandes plantíos de algas alimentadas con el dióxido de carbono generado en megaempresas; los expertos rescatan estas algas como uno de los ‘súper-alimentos’ del futuro, gracias a su alto contenido de espirulina.

La Economía Azul se basa en el poder del emprendimiento y la creatividad local. Busca romper las reglas que nos ha dictado el sistema de competencia global para convertir industrias que son consideradas no competitivas bajo los estándares de la economía del mercado, y convertirlas en modelos viables que preserven nuestro mundo. Esto supone la creación de nuevos sistemas a partir de los recursos que ya existen en nuestras comunidades locales. Al cambiar la concepción que tenemos sobre los desechos y utilizarlos como recursos para procesos complementarios, se busca generar múltiples fuentes de ingresos que aseguran un precio bajo para lo que es bueno, y la gratuidad para lo que es vital.

 Tuve la oportunidad de conocer al líder de este movimiento durante un reciente viaje a Hungría. Aunque es nacido en Bélgica, y reside en Sudáfrica, este genio del emprendimiento es cercano a nuestro país gracias a algunos lazos familiares y a su trabajo en el mundialmente famoso Centro Experimental Las Gaviotas. Síganle la pista a Gunter Pauli y a la Fundación que gestiona bajo la Universidad de las Naciones Unidas en Tokyo, enwww.zeri.org.

Por German Sarmiento Aparicio

Germán Sarmiento es un apasionado por Bogotá y los temas de ciudad y desarrollo urbano. Es el creador de http://www.miBLOGota.com. También es un activista de la ciudad, liderando proyectos ciudadanos como Cebras por la Vida (www.cebrasporlavida.com): proyecto participativo de comunicación ciudadana y urbanismo táctico que a través de intervenciones artísticas en las calles, reclama por el derecho de los peatones a caminar de manera segura y digna por las calles bogotanas (Ganador del Premio de Sostenibilidad Urbana WUF Medellín 2014/La Ciudad Verde, BID, Findeter- Ganador del Walking Visionaries Award- Walk 21 Vienna 2015). La iniciativa ha sido replicada en otras ciudades de Colombia y México. #urbanismo-táctico #innovación-ciudadana #placemaking.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s