Esto que les voy a contar, primero lo motiva un video inspirador que recientemente circuló por las redes sociales sobre la transformación del espacio público en Nueva York de los últimos años, y después, la lectura de un documento muy breve, publicado por el Proyecto para el Espacio Público PPS en 2009, hace 6 años, titulado 9 maneras de transformar Nueva York en una ciudad de excelentes lugares. Mucho de lo que sugirió el documento pasó. Lo invito a que vea el video ¡imposible de perder! y más adelante hablaremos de las 9 recomendaciones que PPS le hizo a la ciudad.
Mi experiencia. Testigo de una gran transformación urbana.
Viví en Nueva York entre los años 2005 y 2008. Durante ese tiempo, recuerdo la experiencia de caminar exhaustivamente por sus calles, la vida de sus parques y plazas, los eventos culturales en el Parque Central (teatro, conciertos, ópera), sus cafés, andar en el subterráneo, en fin. Recuerdo la sensación colectiva de todos los que ahí vivíamos y de quienes la visitaban, de querer participar de todo su acontecer. Había que salir a la ciudad, porque de lo contrario, algo te estabas perdiendo.
Otra cosa que recuerdo muy bien, es la ausencia en aquel entonces de una fuerte cultura y presencia de la bicicleta. No la había. Sencillamente, la bicicleta no existía en el imaginario de la gran metrópolis. En esos casi 3 años que viví allí, tan solo anduve un par de veces en unas bicicletas prestadas, nadie la usaba en la cotidianidad, y así no lo crean, ni uno solo de los amigos tenía bicicleta.
Pero algo cambió aceleradamente durante los últimos años. En octubre del año pasado visité y para mi feliz sorpresa, me encontré con una ciudad atestada en sus calles de bicicletas y que además exhibía orgullosa nuevos espacios públicos y otros cuantos que habían pasado por un proceso extremo de transformación (Times Square, High Park, Washington Square Park). La ciudad se había reinventado de manera formidable. Para esta visita, todos los amigos tenían su bicicleta propia y la usaban a diario, la ciudad contaba con una amplia red de ciclorutas -que no la había-, y por esos días, recién estrenaba un popular sistema de alquiler de bicicletas públicas (City Bike NYC) que se extiende por todo el corazón de la ciudad. Literalmente, había explotado el fenómeno de la bicicleta en NYC.
Cualquiera que vaya hoy por primera vez a la Gran Manzana, difícilmente creería que este gran cambio físico y anímico de la ciudad pudo haberse dado en un lapso tan corto de tiempo. Y para cualquiera que como yo, vuelve tras unos años, no queda sino sentir, una gran admiración por el poder de transformación de la gran urbe.
La ciudad era increíble cuando viví en ella. Pero es innegable que hoy, está mucho mejor. Su evolución no se detuvo y es algo tangible, que es palpable a través de la experiencia de sus ciudadanos y evidente ante los ojos de cualquiera.
¿Qué pudo estar detrás de esta transformación? ¿Cómo orientaron el cambio? ¿Qué hizo la ciudad para prepararse física y emocionalmente?
El documento de PPS da unas pistas importantes. Vale la pena destacar que el documentó señaló a Bogotá como un ejemplo internacional exitoso, pero esos eran otros tiempos. A continuación los 9 consejos que PPS le hizo a la ciudad de Nueva York:
- Definir una agenda comprensiva para el espacio público de la ciudad.
- Balancear las necesidades de peatones, transporte, ciclistas y automóviles.
- Mejorar las calles como espacios públicos.
- Garantizar que la nueva arquitectura cree edificios urbanos.
- Desarrollar un programa de plazas públicas de mercado (promoción de mercados locales, productos locales, conectando la ciudad con el campo).
- Restructuración de las entidades de la ciudad.
- Maximizar el potencial de las riberas de la ciudad. Aprovechar su contacto con el agua: mar y ríos.
- Reinventar la planeación comunitaria
- Gerencia de los espacios públicos para obtener resultados públicos.
En una próxima entrada expandiré sobre estos puntos y cómo podrían aplicarse a Bogotá. Vaya pegándole una leída a las recomendaciones.
4 respuestas a «Metamorfosis del espacio público en Nueva York- Lecciones para Bogotá»
Espectacular! Tambien he vivido en carne propia la transformacion de esta hermosa ciudad. Ahora cuando voy me muevo todo el
tiempo en bicicleta.
Que buen video!! Gracias por compartir!
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Muy buen artículo Germán. Y yo siempre acá molestando.
El problema vigente en Bogotá radica en que la discusión de la construcción de la ciudad ha derivado en un pleito determinado por la polarización política, entonces estos proyectos de construcción del espacio público, que en últimas son la construcción de la misma ciudad, fueron abandonados. La evidencia más frustrante de esto son los proyectos del Parque Bicentenario y la Plaza de la Democracia (los dos sobre la 26), el primero derivó en un elefante blanco y el segundo ahora es un barbecho de 1000m2. Lo que hay acá en Bogotá, es un desconocimiento absoluto por parte de la administración distrital y de la ciudadanía en general del poder de transformación social que conlleva la construcción de espacio público digno, generoso y con diseño. Un ejemplo de esto último es la plazoleta que se hizo en la séptima con 32 a la altura del Museo Nacional. Fue una gran iniciativa, los peatones y los ciclistas ganamos algunos metros cuadrados, sin embargo, la calidad del diseño de los elementos del mobiliario urbano, de los jardines y de las estaciones de Transmilenio es de una pobreza y una elementalidad decepcionante.
Creo sin embargo que ahí vamos, en la lucha y que esos tres casos son ejemplos, tímidos eso sí, pero reales de que por lo menos el tema de la construcción de nuevos espacios públicos se está incorporando en la ciudad. Nosotros, los ciudadanos informados, conscientes del poder del espacio público somos los que tenemos que dar la pelea.
Gracias por leer y comentar Hamilton. Totalmente de acuerdo con su comentario y que bueno que menciona ejemplos concretos. Creo que faltan responsables claros dentro de la administración. Mas sobre esto en próxima nota. Saludos
[…] habilidad y convicción. De ninguna manera son proyectos fáciles de poner en marcha; no lo son en Nueva York, ni en Arequipa, ni en Seúl, y pues tampoco tendría por qué haberlo sido en Bogotá. Pero […]