El día sin carro es un día maravilloso, una iniciativa cuyo valor no puede cuantificarse en términos económicos, argumento desde el cual algunos de sus detractores sugieren su eliminación. Su argumento, caída en las ventas de comercio durante la jornada.
Jornadas como la del jueves pasado son mucho más que 1 día, porque a través de ellas se construye en el imaginario colectivo de los bogotanos la posibilidad de algo significativamente mejor. Lo anterior no tiene precio.
Son una oportunidad de construir confianza entre los ciudadanos, y confianza entre la gente de a pie y la autoridad, como sucedió en los puntos de control, donde los enigmáticos Agentes Naranja de Movilidad –nadie sabe lo que hacen o para qué es que sirven-, entrevistaban a los ciclistas sobre su balance de la jornada, regalaban cintas reflectivas para su protección, daban consejos de movilidad, y en general, intercambiaban con las personas de manera constructiva y amigable. La que me entrevistó por ejemplo se llamaba Lilia, y llegamos hasta a intercambiar correos electrónicos, pues me pidió que le compartiera el video que filmé de nosotros mientras me realizaba la encuesta. En esos momentos, la autoridad y el ciudadano, Lilia y yo, nos acercamos, nos pusimos en los zapatos del otro, nos humanizamos, y así, sin darnos cuenta, construíamos ciudadanía.
Igual seguiré creyendo que los mimos de Mockus fueron exageradamente más efectivos y menos costosos que estos agentes de movilidad. No obstante, nada le resta valor a lo sucedido.
Con la jornada los bogotanos reflexionemos sobre la ciudad que queremos y en relación a qué es realmente calidad vida. Creamos conciencia sobe el exceso de carros, la posibilidad de otros medios de transporte, y la urgente necesidad de regular el servicio público actual. Se proponen alternativas por ejemplo para que personas trabajen desde sus casas, o la construcción de una cicloruta por la 7ª, o la ampliación de la jornada a más días. Pone en primer plano el tema del medio ambiente y la peligrosa contaminación a la que nos estamos exponiendo. Y muy importante, ad portas de una elección de alcalde, desnuda aún más el fracaso de gestión de la actual administración, lo que debiera alertarnos sobre la imperante obligación de tomar mejores decisiones como votantes y ciudadanos.
Decía el presidente de FENALCO de Bogotá al día siguiente –viernes-, un señor Orrego, que debía eliminarse la medida porque poco beneficiaba y era mucha la perdida que en ventas le significaba al comercio. Continuaba señalando que las ventas habían caído en 41%, y léase bien la siguiente aserción, perjudicando especialmente las ventas de repuestos del sector automotriz y las de estaciones de combustible. A lo anterior, por ejemplo se suma la noticia del record en venta de automóviles del mes de enero, 20,000 unidades, 40.4% más que en enero de 2010. Mentalidades y afirmaciones como las del señor Orrego, y noticias como la de venta de carros el mes pasado, son ilustrativas de la obsesión por el carro de muchos, y una absurda resistencia al cambio, que termina privilegiando la defensa del interés particular de unos pocos, ricos y poderosos -¿O cuantas personas son dueñas de una bomba de gasolina?-, a costa del desarrollo, bienestar y progreso de toda una ciudad. Somos más de 7.000.000 los habitantes de Bogotá.
Por eso la importancia de este día, y el valor de poder contar incluso con más de ellos a lo largo del año. Uno no es suficiente. No, para una Bogotá cuyo franco deterioro en todos sus frentes, con la seguridad como uno de sus principales, y la movilidad a su par, principalmente por el exceso de carros, está minando cada día que pasa, la autoestima de la ciudad y su gente. Adicionaría la urgente necesidad de darles mucho mayor sentido a las jornadas, de cuidar su valor simbólico no dejando que este se diluya en la repetitividad, como ha venido pasando, y en la marea de taxis y buses, tan contradictoria del nombre que lleva el día; “Sin Carro” o “Por el Aire Limpio.”
Algunas otras propuestas para estimular el uso de otras alternativas de transporte y desincentivar el uso del vehículo particular:
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Ampliación de la red de ciclorutas. ¿Por ejemplo dónde está la cicloruta de la séptima?
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Centro y Candelaria, zona exclusiva para pedestres y bicicletas. Sistema público de alquiler de bicicletas. El esquema funciona en las siguientes ciudades: Washington D.C., Buenos Aires, París, Montreal, Barcelona, Copenhague, Frankfurt, Oslo, Córdova, Praga, Viena, Sevilla, Pamplona, etc. Ver por ejemplo: A Virtous Cycle: Bycicling in DC_Youtube, http://www.irishtimes.com-Dublin bike scheme set for tenfold expansion, www.publicbikesystem.com,
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Ampliación de número de días sin carros. 12 anuales.
- «Es increíble pero en un día como hoy uno puede recorrer la ciudad de sur a norte sin estresarse», dijo Bitemilia Giraldo.
- » Yo pedí permiso para trabajar desde la casa, solo que mi esposa me pidió ir por lo del desayuno», dijo Fernando Torres, residente de Capri.
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«Hoy es un día como tranquilo, como de fiesta» dijo Lorena Zapata, una mujer que esperaba bus en la calle 151 con carrera Novena.
Eric Britton, Padre del Día sin Carro, sobre la jornada en Bogotá:
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«Es normal que no haya ahora tanto activismo como antes, pero cada año debe haber nuevas ideas para revivir el entusiasmo. Es necesario que exista más imaginación en este tipo de jornadas»
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«No es que no me gusten los metros, pero son del siglo pasado. Debemos aprovechar ahora este siglo de tecnología e innovación»
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«El principal trabajo que tienen las autoridades de gobierno en las ciudades es proveer a sus habitantes de altos niveles de calidad de vida en todos los campos, entre ellos la movilidad».
- Contaminación por hollín, polvo y humo en Bogotá se redujo en 16 por ciento.
- 262 comparendos por violar restricción y 58 carros inmovilizados.
- Demanda de taxis aumentó 34%.
- Aproximadamente 7.400 ciclas rodando. Uso aumentó aprox. 46%.
- Velocidad promedio aumento de 26 km a 35 km.
- TransMilenio movilizó 1.7 millones de pasajeros.
- Enero: Nuevo record en venta de carros. 20,000 unidades, 40.4% más que enero 2010. (Econometría)
- Aproximadamente 1.430.000 carros particulares dejaron de circular.
- Según cifras la de la Revista Semana transitaron 66.523 buses, busetas, microbuses y taxis, además de 849 alimentadores, 247 articulados y 10 biarticulados TransMilenio.
- El trasporte vehicular en el mundo contribuye en un 15-25% a las emisiones.
4 respuestas a «Reflexión sobre el Día sin Carro»
Felicitaciones German. No presenta unicamente los problemas y su impacto con interesantes datos, sino que tambien propone ideas intesantes para transformar este problema en soluciones creativas. De igual manera, los videos le dan mucha vida a la historia al igual que las fotos. Muchas gracias por el articulo!
Elegante. Pensamiento cívico en acción… así se va construyendo ciudad.
Excelente esto nos concientiza sobre la problematica de nuestra ciudad y el amor que debemos tener por ella, pero si no la aplicamos y seguimos siendo tan permisivos al elegir nuestros gobernantes cuyo pensamiento es su bienestar monetario y jamas en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que son los que finalmente somos los perjudicados con sus medidas.
Muy bueno el articulo. Tenemos que seguir pensando que existe la posibilidad de construir una Bogotá amable. Quería ademas contarte que en Ciudad de Mejico desde el año pasado establecieron el alquiler publico de bicicletas y ha sido un programa muy exitoso. Puede ser un ejemplo mas cercano a nosotros.