Este sábado entrante estaremos a las 11 am en la intersección de la Calle 72 con Carrera 9 lanzando el proyecto Cebras por la Vida. En el marco del proyecto 100en1Día, haremos una pintada de pasos de cebra que adornaremos con mucho color y expresión ciudadana. Todos están muy invitados a participar en esta fiesta que reclama por el derecho de todos los bogotanos a caminar de manera segura y digna.
¿Qué busca Cebras por Vida? Puntualmente, dignificar el lugar de quienes caminamos en Bogotá. Darle al peatón el lugar que se merece. Priorizarlo y cuidarlo. “Queremos enseñarnos y enseñarle a la ciudad y demás ciudadanos sobre la importancia de priorizar, proteger y dignificar al peatón.” Decía en una nota anterior que “pensar en el peatón es obligarnos a mirar de manera amplia y comprensiva los aspectos más críticos de la ciudad, pensando siempre primero en las personas, no en el auto particular y sus exigencias. Es esta quizás la motivación más extraordinaria para hacer de Bogotá una ciudad tolerante, incluyente, amable con el medio ambiente, compacta, limpia, cálida y segura para todos. “
Lo invito a responder: ¿Por qué Cebras por la Vida? ¿Por qué son importantes las cebras?
Las siguientes son las respuestas de los aliados del proyecto a esta misma pregunta:
Sebastián Castañeda, Combo 2600
Cebras por la vida porque la vida de la ciudad son sus peatones. La experiencia de la ciudad está ligada a los tiempos y las condiciones que tengamos para disfrutarla, tiempos y condiciones que en medio de la congestión urbana se hacen cada vez más escasos. Cebras por la vida es la reivindicación del derecho a caminar la ciudad, de pensarla y sentirla próxima con cada paso que demos, reconociendo su singularidad y aprendiendo de sus formas.
Es la recuperación del espacio y la dignidad del peatón, es devolverle a la ciudad su fuente de sentido; la calidad de vida y la seguridad para sus habitantes.
Cebras por la vida porque somos muchos los que creemos que la ciudad es más que un océano de flujos vehiculares.
Gustavo Martínez, Ciudadano, Funcionario Secretaría de Movilidad
Como peatón con discapacidad motriz la cebra es la única zona de circulación segura en la ciudad para atravesar una calzada, por lo general, desacatada por el conductor que olvida por completo su condición de peatón, segundos antes de subirse al volante. Falta mucho por entender la movilidad de la ciudad regulada por este código urbano.
Carlos Cadena, La Ciudad Verde
En una ciudad donde el carro es rey, el peatón deja de existir. Cada mes en Medellín mueren entre 12 y 15 peatones y más de 50 son heridos, la gran mayoría son mayores de 50 años. En Bogotá, cada año mueren entre 250 y 300 peatones. En todas las ciudades de Colombia, los peatones son actores críticamente vulnerables en las vías.
La cebra reivindica simbólicamente al peatón como el verdadero rey del espacio público.
Alejandro Medina, A los Andes en Bici
Pintar una cebra es pintar Vida….
Las cebras son el espacio vivo del asfalto en las calles. Sobre éstas cruza la base de la ciudad, la unidad fundamental: la persona. La cebra es un símbolo de convivencia, de tolerancia y de respeto, de amistad, y nos recuerda lo frágiles que somos.
Sin embargo, el estado en que se encuentran es un reflejo de la poca importancia que el Distrito les ha dado. Las cebras son una especie en vía de extinción: muchas ya desaparecieron, y otras más están deteriorándose.
Por eso, pintar una cebra es un acto simbólico de la gestación de vida sobre las calles y de la preservación de quienes las cruzan, y es la muestra de que sí puede haber una ciudadanía activa y consciente. Por eso invitamos a que se unan al plan, para que entre todos pintemos una vida.
Lariza Pizano
Las cebras son importantes porque son una reivindicación de la humanidad del peatón, frente a la maquina. Y son reivindicación, también, de algunos valores: la libertad, la liviandad, y la batalla contra el mundo material en el que el carro y el metal priman sobre la carne y el hueso. Son un logro ciudadano. Son un símbolo de este logro y del derecho a defender la vida.
Carlos Pardo, Fundación Despacio
Para quienes conocen la historia del transporte, saben que la cebra es realmente la concesión que los peatones hicimos hace un poco más de 100 años (en 1896, en Bridge Street en Londres, para ser exactos) con los automóviles para acordar unas «reglas de la vía». Aunque algunos no estamos totalmente de acuerdo con su existencia, la preferimos a la ilógica imposición de puentes peatonales y a la impune invisibilización del peatón que se ve en las calles donde ni siquiera hay cebras, ni cruces, ni nada.
Las cebras son nuestro escudo para apaciguar esas ciudades donde se privilegió el vehículo veloz sobre el espacio vivo, y si en realidad son nuestro escudo entonces qué mejor que usarlo donde nos parece prudente, relevante y necesario. Y, para más rabia de quienes estén en desacuerdo, se rompe la monotonía y funcionalidad del blanco sobre negro para integrar la variedad y significado del color. Por eso se hacen las cebras por la vida, y ojalá se hagan en cada rincón inhóspito de las ciudades del mundo.
Andrés Felipe Vergara, Ciclopaseo de los Miércoles y Mejor en Bici
Las cebras son el espacio sagrado del peatón y en algunas ocasiones del ciclista. Eso ha permitido salvar vidas, pues esta señal visual hace que algunos conductores reduzcan la velocidad de sus vehículos y comprendan que la cebra es la extensión del espacio para el peatón o para el ciclista. Las cebras hacen más seguros los viajes a pie y en bicicleta en la ciudad, pues busca equilibrar las fuerzas que hay entre un automotor y un peatón o un ciclista, dándole mayor relevancia e importancia al ciudadano que se transporta en un medio más sostenible pero más frágil.
Bogotá tuvo un proceso positivo con la implementación de las cebras y por el respeto hacia los actores más débiles de la movilidad, lo que se tradujo en cultura ciudadana y pacificación del tráfico, en convivencia y menos personas muertas. Sin embargo, ese proceso se truncó y muchas cebras desaparecieron de la ciudad, poniendo en riesgo a peatones y a ciclistas, y a personas en condición de discapacidad.
Por eso, de manera práctica y simbólica, vamos a pintar una cebra para manifestar nuestro interés por volver a hacer seguro caminar y andar en bicicleta. De esta manera incentivaremos a que más personas utilicen modos de transporte sostenibles.
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Germán Sarmiento, miBLOGotá
No hay nada más representativo del peatón y el respeto por este que las cebras. Sin lugar a dudas, son el elemento más distintivo y simbólico de la protección en la vía para quienes caminamos. ¿Por qué son importantes? Porque salvan vidas. Pero además porque comunican respeto, cuidado y solidaridad frente a los actores más débiles de la vía y de la ciudad en general. Su buen o mal estado, y el respeto o falta de por ellas y por quienes las transitamos, dice mucho de la sociedad en la que vivimos. Bien cuidadas, son un reflejo de la preocupación por parte del gobierno sobre la importancia de gerenciar, mantener y velar por sus pequeños detalles. Bien cuidadas y debidamente respetadas, reflejan la intención de la ciudad de poner en el centro de sus acciones, la vida y bienestar de sus ciudadanos.
Las cebras son sinónimo de inclusión y empatía. Y en este caso, de una ciudadanía activa que invita a los bogotanos a ser el cambio que quieren ver en su ciudad. Hay que hacerlas visibles nuevamente y para ello nada mejor que color, arte y una fuerte dosis de expresión ciudadana.
Una respuesta a «Cebras por la Vida ¡Un ejercicio de ciudadanía activa!»
Cebras por la vida me parece una Iniciativa muy importante porque las ciudades son de las personas que habitan en ella y los peatones son la mayoria. Es reivindicar el derecho a vivir en ellas y a poder transitar por sus calles. Es la importancia de empoderar al ciudadano y hacerlo sentir parte de la ciudad y no de la selva humana. felicitaciones