«Ciclorutas existirán en abundancia en Utopía.» H.G. Wells
El pasado domingo de Ciclovía – sin duda, de lo mejor que tiene Bogotá ¿No creen?-, empiezo a escribir sobre el Día sin Carro que tendrá lugar este próximo jueves 7 de febrero. Eso es mañana. Seré muy breve. Comienzo por confesar que tengo una gran curiosidad por ver lo que el Gobierno Distrital tendrá preparado para la jornada que se avecina. Parece ser, hay señales y conocidos que así lo indican, que para esta ocasión, el distrito viene haciendo un esfuerzo importante y prepara unas cuantas sorpresas para la ciudad. Buenas sorpresas.
Que así sea.

Lo cierto es que ya han sido demasiados los Días sin Carro realizados, organizados con poco interés y propósito por parte del gobierno de la ciudad, lo cual le ha pasado factura a la legitimidad del evento y restado brillo. El año anterior pasó. Petro y su Bogotá Humana le dedicaron el día a los humedales o a algo así. Y dos años atrás, la administración (Samuel Moreno-Clara López) ni siquiera se tomó el trabajo de eliminar el contraflujo por la carrera 7ª ¿Alguien entiende?
Es lamentable, pero año tras año, la pereza mental de sus organizadores, sumada a la confusión alrededor del objetivo del Día, se ha visto traducida en una ciudad cuyas calles y atmósfera tristemente no se preparan para esta vital jornada ciudadana. Y es seguramente por eso, que la ciudadanía, en su gran mayoría, no lo anhela. ¿Qué otra razón? Entonces sucede que esta gran oportunidad de sacar a los bogotanos de su odiosa rutina, de invitarlos a vivir un día diferente y a moverse de maneras distintas, y de soñar con algo radicalmente mejor, se malgasta.
Anticipo que el sol saldrá ese día. Por lo general los Días sin Carro son días soleados maravillosos. ¿Será posible empezar a invertir la tendencia? ¿Hará el Distrito el esfuerzo necesario para empezar a rescatar la jornada? ¿Podrá el distrito, en cabeza de su alcalde, corresponder su discurso progresista, positivo y ambicioso en materia de movilidad con la realización de una buena jornada del Día sin Carro? ¿Será mucho pedir? ¿No creen ustedes que esta jornada, que es un activo de los bogotanos y una jornada que Bogotá introdujo al mundo, merece mejor trato?
Pues hay personas dentro de la administración, amantes del caballito de acero, verdaderos locos apasionados por la causa de la bicicleta, que han venido participando directamente en su organización. También han aparecido las voces de algunos concejales, reclamando por una organización profesional y responsable de la Jornada (El Día sin Carro se Respeta). Y está el discurso del Alcalde que clama por la priorización de los peatones, la bicicleta y el transporte público.
Ah…….y finalmente, algo con lo que siempre cuenta la ciudad, la variable que ya es fija en estas jornadas. Me refiero a la siempre presente alegría y a la capacidad de acción colectiva de las múltiples organizaciones ciudadanas promotoras de la bicicleta. Un movimiento que a punta de pedalear y de entrega al ejercicio de una ciudadanía activa, ha avanzado unos procesos fundamentales para el futuro de la ciudad, desde abajo, en materia de movilidad, participación ciudadana y apropiación de la ciudad.
Así es que los ingredientes están dados para que la jornada de este 2013 sea distinta, ojalá exitosa.
Hace bien el Gobierno Distrital en oírlos. Por eso le anticipo mejor suerte a este Día sin Carro.
Como plato fuerte, en esta oportunidad se habilitará la Ciclovía, que increíblemente no la hubo en los años anteriores. Sólo con esto, ya se da un paso monumental en la dirección correcta.
¡Ánimo pues! ¿Qué tal a pie o en bicicleta para un cambio? ¿Qué tal pasar más tiempo afuera en nuestras calles? Todos a sacar la bicicleta o a caminar. Todos a rescatar el Día sin Carro.
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Para mayor información sobre el Día sin Carro lo invito a consultar la Página de la Secretaría de Movilidad:
Agenda Ciudadana Día sin Carro 2013
3 respuestas a «Por el Rescate del Día sin Carro»
Así es! Todos a salir a la calle, caminando o con bicicleta, para demostrar que el cambio es posible. Buen día sin carro y buenas pedaladas.
Para mi, todos los días son días sin carro. Quisiera invitar a los conductores de vehículos, de motocicletas, de bicicletas y, obviamente a los peatones, que no olvidemos nunca que los peatones son el usuario más débil de la vía y que como tal hay que respetarlo.
Pocos conductores (de transporte público, particular, de motocicleta o de bicicleta) respetan sus espacios (cebras y andenes) y su prelación en cruces semaforizados, esquinas y las olvidadas señales de PARE.
De igual forma, a los peatones, que recuerden que no van solos, que hay gente a su alrededor y que, sin ser paranoicos, es necesario tener una dosis de autocuidado para evitar accidentes.
El día sin carro es lo máximo. En este momento vivo en Inglaterra, y a todos los ingleses a los que les he comentado la idea del día sin carro quedan gratamente impresionados. Sin embargo, hay que decir que moverse en bici en días con carro es mucho más fácil en el UK que en Bogotá. Ahí es donde se debe hacer el trabajo; en los días con carro.