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Ciudadanía, Tecnología y Gobierno por el espacio público de Bogotá


Ideas Accionables para Bogotá – Idea #2 

***Este artículo es el segundo de una serie en la que propongo ideas concretas, accionables, de bajo costo y alto impacto que considero pueden contribuir a mejorar algún aspecto o dimensión de la ciudad. 

(Idea #1: Más Crepes y Waffles y menos Rappis para Bogotá y nuestras ciudades)


Idea #2 – See Click Fix para Bogotá: Plataforma digital de reportes ciudadanos de problemas urbanos. 

Propuesta: Implementar un sistema digital de denuncias y reportes ciudadanos sobre problemas urbanos que sea fácil de usar, accesible 24/7, tenga un sistema de alertas, georeferenciación y trazabilidad del caso que obligue y ayude a la ciudad y sus entidades a mejorar su gestión frente a la reparación de daños y problemas en el espacio público. 

Hace unos días el candidato a la alcaldía, Juan Daniel Oviedo, sufrió una fuerte caída al irse dentro de un hueco mientras caminaba haciendo campaña (puede ver el video aquí). 

Aproximadamente siete meses atrás, una mujer cayó desde un puente peatonal cuyas láminas habían sido robadas. En el año 2013, una niña de tan solo 2 años, Michel Dayan Barrera, perdió la vida al caer en una alcantarilla abierta en pleno centro de la ciudad.

Estos trágicos sucesos son solo ejemplos de la  creciente problemática que enfrentamos a diario los bogotanos debido al pésimo estado de nuestro espacio público. 

Bogotá se encuentra en un estado vergonzoso, las calles llenas de huecos, baldosas y andenes rotos, bolardos caídos, basura que se acumula en distintos puntos, vertederos ilegales de escombros, muros vandalizados, carteles de pepe pegotero, obras inconclusas, alumbrado público y semáforos en mal estado, puentes peatonales sin láminas, parques infantiles que necesitan mantenimiento, alcantarillas sin tapa, entre otros problemas que resultan en el estado actual de descomposición del espacio público.

La pregunta es: ¿Cómo podríamos poner presión y al mismo tiempo ayudar a la ciudad a hacer una gestión más profesional y oportuna de todos esos problemas y daños que nos encontramos en el espacio público, que causan todo tipo de riesgos e incomodidades, y que necesitan atenderse?

¿Quién responde por el espacio público de Bogotá?

La ciudad necesita algo así como un “SeeClickFix”, que al español traduce como “Ver, Hacer Click, Arreglar”. 

“See Click Fix” es una aplicación que existe desde hace varios años en Estados Unidos, tuvo su origen en la ciudad de New Haven.  

Básicamente consiste en llevar las líneas 1,2,3 de denuncias a un formato digital (website y app) con un sistema de georeferenciación que está conectado directamente con las entidades del gobierno local, responsables de responder con gestión a los diferentes daños y situaciones que reportan los ciudadanos. 

Se pueden reportar huecos, alcantarillas abiertas, andenes en mal estado, semáforos o alumbrado que no funcionan, infraestructura que necesita mantenimiento e incluso podría ser útil para reportar situaciones de inseguridad. 

Son problemas urbanos a los que por lo general nos enfrentamos individualmente, pero que afectan a muchas otras personas. Las tragedias que mencioné abriendo el artículo podían haber sido las tragedias de cualquiera de nosotros. 

“’SeeClickFix’ le permite a los usuarios reportar problemas que no son emergencia, desde árboles caídos hasta alcantarillas obstruidas, grafitis o huecos. Los funcionarios locales supervisan el website y responden a los problemas reportados, así como a la persona que lo reportó” (ver artículo).

La plataforma permite llevar la trazabilidad de los diferentes casos y saber si el gobierno les ha dado o no respuesta. Los reportes pueden acompañarse con evidencia visual de fotos y videos. 

Además, permite crear zonas de interés en función de la ubicación de los usuarios, ayudando a construir comunidad detrás de los problemas y la gestión del barrio. 

La aplicación reconoce que a las personas les interesa principalmente lo que sucede en su entorno inmediato, como su casa o los lugares que frecuentan (trabajo, por ejemplo), mientras que prestan poca o ninguna atención a lo que sucede en zonas más alejadas de la ciudad.

Además, su diseño contempla la dinámica de generarle respaldo ciudadano a las denuncias a través de “likes” para que el asunto reportado sea atendido. 

Hoy por hoy se ha vuelto común ver a los ciudadanos denunciar toda suerte de  situaciones a través de las redes sociales, especialmente Twitter. Y suele pasar que solo cuando las denuncias ganan visibilidad la entidad del distrito interviene y se hace responsable de gestionar la solución correspondiente. Entonces, “See Click Fix” funcionaría también como red social y mecanismo de presión ciudadana.

En el contexto actual de Bogotá, sería algo así como la fusión de la iniciativa político activista de las “X rosadas” (que denuncia con pintura rosada el mal estado del espacio público de la ciudad) y el canal de PQR “Bogotá te Escucha”, con un sistema de georeferenciación digital de las denuncias y alertas en tiempo real de los reportes ciudadanos, que está a la vista de todos. 

Y lo más importante: es fácil y hasta divertido de usar, pero además comprende en su diseño las lógicas detrás de los actos de nuestros ciudadanos y gobiernos en esta era digital. 

Detrás del lamentable estado de descomposición del espacio público de la ciudad, se evidencia un enorme problema de gestión institucional que hay que empezar a cambiar. 

La ausencia de una gestión profesional y oportuna del espacio público de la ciudad está creando todo tipo de riesgos e incomodidades para los ciudadanos, y tiene unas implicaciones muy serias en materia del uso eficiente del presupuesto de la ciudad, ya que aumenta exponencialmente el costo de su posterior reparación. 

No hay nada más importante en una ciudad que su espacio público, al final es la calidad del espacio lo que define su éxito o fracaso. Mientras que el buen espacio nos cuida, nos integra y nos iguala, el mal espacio nos agrede, nos distancia y nos encierra. Conceptos como «ciudad cuidadora», «ciudad caminable» o «ciudad sostenible» simplemente no pueden realizarse sin un espacio público de calidad. 

Por otro lado, como dice Lior Steinberg, “la ciudad inteligente nada tiene que ver con inteligencia artificial o sensores. Una ciudad es inteligente cuando los niños pueden caminar y andar en bicicleta con libertad y seguridad. La tecnología es sólo un bono”.

El ejemplo de este app es solo un referente de hacia dónde puede y debería avanzar Bogotá en la gestión de su espacio público, y de la enorme oportunidad que existe de apoyarse en la tecnología y la inteligencia colectiva de sus ciudadanos. 

Aquí hay un gran ejemplo de cómo poner la tecnología al servicio de la calidad de vida de los habitantes de una ciudad.

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Más Crepes & Waffles y menos Rappis para Bogotá y nuestras ciudades

Ideas Accionables para Bogotá – Idea #1 

***Este artículo marca el inicio de una serie en la que propondré ideas concretas, accionables, de bajo costo y alto impacto, que considero pueden contribuir a mejorar algún aspecto o dimensión de la ciudad.

Idea #1: Concurso de Cultura Ciudadana Empresarial (Ciudadanía Corporativa)

Empresas que hacen parte de la solución a los problemas de Bogotá 

Propuesta: Un concurso anual que tenga como objetivo reconocer y destacar a aquellas empresas que, a través de prácticas empresariales responsables y la implementación de iniciativas, contribuyen activamente a la resolución de los problemas de la ciudad y a su buen funcionamiento.

Temas: Cultura Ciudadana Empresarial, Soluciones, Corresponsabilidad, Ciudadanía Corporativa.

«Una marca ya no es lo que le decimos al consumidor que es, sino lo que los consumidores se dicen entre sí que es». 

– Scott D. Cook, Director de Ebay

Que la mejor estrategia empresarial, sea hacerlo bien con la ciudad. 

El impacto de las empresas y sus operaciones en el buen o mal funcionamiento de la ciudad es enorme. Estamos hablando de aproximadamente 500 mil empresas en la ciudad-región. 

El de Rappi es quizás el mejor ejemplo, en el peor sentido, de una empresa que la causa todo tipo de efectos negativos a las ciudades, incluyendo siniestralidad vial, desorden en la movilidad, invasión de espacio público, proliferación de los ruidosos y contaminantes ciclomotores, situaciones de inseguridad y hasta mala disposición de basuras por parte de sus cocinas ocultas. 

Detrás de los malos comportamientos de los repartidores, además de un contexto excesivamente permisivo y laxo en el control, hay unos incentivos económicos muy fuertes, dictados por el diseño del algoritmo de su app y un modelo de negocio perverso basado en la inmediatez en la entrega, que premia o castiga al repartidor según ese criterio. 

A la fecha no hemos visto el más mínimo gesto por parte de la empresa de corregir estos impactos. Sus prioridades, sencillamente, no coinciden con los intereses de la ciudad.

Y, sin embargo, la ciudad proporciona el contexto para que muchas empresas surjan y se establezcan, aprovechando las economías y los mercados que ofrece la aglomeración. Dicho de otra manera, su existencia es posible gracias a que existe Bogotá.

Bajo esta consideración, resulta fundamental diseñar estrategias y promover diálogos en torno al objetivo conjunto de alinear las actividades empresariales con los intereses de la ciudad. 

Pero, desde que Mockus introdujo el concepto de cultura ciudadana en Bogotá hace ya muchos años, centrando la gestión de sus gobiernos en la búsqueda de cambios de comportamiento colectivo y mejores dinámicas de convivencia, la verdad es que el empresariado nunca ha participado de manera protagónica y consistente en esas conversaciones. 

Tampoco se le ha invitado a ser un agente clave en la búsqueda de las soluciones que la ciudad necesita.  

En ese sentido, el objetivo de este concurso consistiría en destacar, reconocer y visibilizar aquellas empresas que, más allá de existir, operar y pagar impuestos, entienden la importancia de alinear sus intereses con los de la ciudad. 

Hablamos de reconocer empresas cuyas operaciones se destacan por ser responsables con el buen funcionamiento de la ciudad, o mejor aún, desarrollan iniciativas que la benefician, aportando a la solución de sus problemas, no a empeorarlos.  

Bajo el liderazgo del Distrito, en alianza por ejemplo con La Cámara de Comercio de Bogotá, algunos medios de comunicación y una organización como ProBogotá, este concurso anual se convertiría en una plataforma estratégica para impulsar y posicionar el concepto de ciudadanía corporativa y cultura ciudadana empresarial. 

Sería una manera de comprometer a las empresas a asumir un papel positivo y protagónico en las soluciones y cambios que la ciudad necesita. Se trata de exigir y promover una dimensión ética en la relación entre las empresas y la ciudad, reclamando una consideración más profunda sobre como sus operaciones impactan el entorno urbano.

Estamos viviendo tiempos en los que el consumidor es cada vez más exigente con la dimensión social y ambiental de las empresas. 

En este sentido, y considerando que todo ciudadano es un posible consumidor, está la oportunidad de elevar la conciencia sobre la responsabilidad que las empresas le deben a la ciudad y a la calidad de vida de sus habitantes. 

Además de ser lo correcto, hacerlo bien con la ciudad, cuidarla, tratar bien a sus ciudadanos, puede significarle a las empresas una gran oportunidad de fortalecer su reputación de cara a los habitantes = potenciales consumidores. Mientras, hacerlo mal les implica un riesgo enorme de dañar la marca y perder mercado, como le ha pasado a los taxis ante la competencia de las plataformas. 

Hay muchos ejemplos de empresas en el mundo que han entendido que alinearse con los intereses de las ciudades y la calidad de vida de sus habitantes es una estrategia de posicionamiento y diferenciación inigualable. 

Uno de los casos más destacados es el de Citibank en Nueva York, con su respaldo al sistema de bicicletas públicas City Bike. 

Asimismo, la iniciativa Smart Cities de IBM es otro ejemplo interesante, donde la empresa le plantea a los ciudadanos-consumidores una conversación propositiva sobre soluciones para la ciudad, y despliega una campaña de publicidad experiencial y con propósito en el ámbito urbano: 

«Si las ciudades fueran más inteligentes, entonces la vida en las ciudades sería mejor. Construyamos un planeta mejor.»  IBM Smart Cities

En el caso colombiano, empresas como Crepes y Waffles han fortalecido su marca gracias a la dimensión social y de servicio que han desarrollado, empleando mujeres cabeza de hogar y desplegando una flota de domiciliarias propia en motos eléctricas en medio de la pandemia. 

Necesitamos más Crepes y Waffles y menos Rappis en nuestras ciudades. 

Todos los días las personas están compartiendo historias sobre buenas y malas experiencias con productos y servicios a través de las redes sociales. El buen voz a voz es difícil de ganar, mientras que el negativo coge vuelo rápidamente. 

Estamos ante un contexto y unas dinámicas muy favorables pensando en ayudar a propiciar esa mayor alineación de intereses entre las empresas y la ciudad. 

Por último, los invito a pensar en el siguiente reto: ¿De qué otras maneras creen que podemos fomentar la participación de los empresarios en la búsqueda de soluciones para la ciudad? Y, ¿Cómo logramos cultivar en el empresariado un sentimiento de corresponsabilidad en la creación de un mejor futuro para Bogotá?