El pasado martes 26 de abril, El Tiempo titulaba en su versión digital “Fracasó convocatoria a paro de taxistas en Bogotá.”
¿Conocen la razón central de sus presiones? ¿Cuáles las motivaciones para proponerse poner en jaque a la ciudad a lo largo de todo un día? ¿Sus justificaciones para desprestigiarse aún más frente a la ciudadanía, a pesar, de mi convicción personal, y la de muchos otros, de la calidad humana de su gran, gran mayoría?
Las amenazas de paro estuvieron dirigidas a la más absurda y odiosa de las pretensiones. Buscaban el perdón por parte del Distrito del 50% del valor de las multas impuestas antes del 2006, y que a la fecha, unos muy pocos de ellos, siguen debiéndole a la ciudad. Textualmente, convocaron al paro mediante pancartas que leían “exigimos amnistía de comparendos”, y “nos unimos o nos jodemos”.
Afortunadamente fracasó; incluso para bien de los mismos taxistas.
En nota para El Espectador, un taxista plasmó de la manera más directa, concisa y clara la insensatez detrás de la protesta.
«A cuento de qué debo yo parar mi carro, para que algunos compañeros que no quisieron pagar sus comparendos protesten. Yo no los voy a apoyar. Quien incumplió alguna norma de tránsito debe pagarla y punto.»
No obstante, en el 2008 fue aprobada vía ley en el concejo, una amnistía para los deudores de multas, servicio público y particulares, bajo el engañoso y contraproducente argumento de intentar recuperar cartera. Afirmaba el concejal que lideró la propuesta en el concejo: «No se trata de premiar a quienes han cometido infracciones de tránsito; se trata de normalizar una cartera que se puede perder en su totalidad porque es de difícil cobro». Pero por supuesto que se premió a los infractores de tránsito; una cosa no es otra cosa porque alguien así lo diga. Un hecho que desvaloriza fuertemente el valor de las normas, y que como vemos, dio pie para que algunos irresponsables creyeran más adelante en la viabilidad de un recurso como el bloqueo y la protesta alrededor de una exigencia inadmisible.
Todos los ciudadanos del común pagando sus multas, y mientras tanto, el gremio de los taxistas, aquel que mayor capacidad de afectación del tráfico tiene, para bien o para mal, SUGIRIENDO que ellos no pagan multas como todos los demás.
Sobresale la claridad del taxista, e igualmente, la bobada del político.
Plantear un paro en función de estas razones, no es otra cosa que un burdo matoneo para hacerse con un trato preferencial, asociado al continuo incumplimiento de las normas de tránsito, y el no pago de las respectivas sanciones. La responsabilidad de políticos irresponsables en ello es indiscutible; amnistías en este sentido están cargadas de razones populistas y electoreras, con costos incalculables para el orden y la convivencia de una ciudad de 8 millones de habitantes.
¿Por qué en vez de protestar por cuestiones tan absurdas, y que tanto afectan su imagen frente a la ciudadanía, el gremio no lo hace por razones objetivas que además de buscar su propio beneficio también pudiesen contribuir al bienestar general de toda la ciudad?
Los taxistas tendrían razones de sobra y legítimas para protestar ante el desastre de la actual administración. Por ejemplo los huecos. ¿A quién afectan estos más que a los taxistas? ¿Cuánto puede ser el costo económico que representen los millones de huecos de la ciudad en términos de mantenimiento de carros, accidentes causados, gasto adicional en combustible, fluidez de la movilidad y eficiencia en los trayectos, etc.? ¿Cuánto les cobra la ciudad en impuestos, pico y placa, sobre tasa a la gasolina, etc.? Al final no hay un grupo de ciudadanos más afectado directa y económicamente por el deterioro de la malla vial. Sin embargo, pareciera que no lo ven.
Si bien individualmente la gente les reconoce su humanidad, como gremio su imagen no es la mejor; es pésima. Por eso iniciativas ciudadanas como www.taxipedia.co, página de internet para que los ciudadanos califiquen el servicio prestado por los taxistas y denuncien sus abusos e infracciones. También se me viene a la mente el artículo de la columnista de la Revista Semana, María Jimena Duzán, titulado Los Reyes del Asfalto (2009), inspirado en el accidente que sufrió como pasajera de un taxi, causado por la imprudencia y ramplonería de su conductor. Y todos recordamos el incidente reciente en el que un grupo de taxistas linchó a 2 hombres por negarse a pagarles $500 pesos de más (Ver Video).
Se recuerda con nostalgia el programa de la Alcaldía de Antanas Mockus: Caballeros de la Cebra. Un programa del Distrito que buscó dignificar la profesión de taxista a partir del reconocimiento público al buen comportamiento de algunos de ellos. Una acción de educación ciudadana para taxistas y ciudadanos que al final buscaba acercar a los unos con los otros sobre la base de códigos básicos de convivencia. El acuerdo para recibir el título de Caballero de la Cebra sostenía como primer punto la obligación del saludo entre conductor y pasajero; “porque no cuesta nada y si dice mucho.” 150 se certificaron a la semana de haberse lanzado el programa. A las tres semanas serían 1.500 y terminarían certificándose un total de 40.000. ¿En dónde están hoy?
¿Cuánto agradecería la ciudadanía una red de taxistas que como colectivo pensara con más generosidad en la ciudad? Incluso la ciudadanía entendería y consideraría como legítima una protesta ante la creciente inseguridad; un problema que les afecta fuertemente, pero que también sufrimos todos. Por su capacidad de organización, coordinación y movilización, los taxistas podrían constituirse en un gremio protagonista de acciones positivas y servicios generosos que ayuden a sacar a la ciudad del hueco en el que está.
Bogotá necesita urgentemente de los Caballeros de la Cebra, y de la misma manera, librarse de los Reyes del Asfalto.
4 respuestas a «¿Dónde quedaron los Caballeros de la Cebra?»
Esta muy bueno este articulo. Importante que todos los bogotanos piensen en sus deberes y no solo en sus derechos.
Germán
Bogotanos
En este dia, hoy miércoles 4 de mayo de 2011, en el que es separado de su cargo el alcalde mayor de la ciudad, en el que vemos dia a dia el deterioro del urbanismo bogotano y en el que varios bogotanos confunden sancionar, suspender y destituir, y en donde los medios contribuyen poco a hacer pedagogía y calificar nuestra opinión sobre los hechos administrativos y politicos recientes y sobre todo las conductas de nuestros servidores públicos, en donde poco se cuestiona y se pregunta por ¿y dónde estamos los ciudadanos y cuál es nuestra responsabilidad en lo sucedido?, se refuerza el sentir de que los malos son los otros y los buenos somos nosotros.
Saludo este blog, miblogota, porque nos recuerda que la ciudad tuvo y que la ciudad puede volver a tener:
ciudadania activa
niños y niñas participando
lìderes en lo politico y en lo ético
caballeros de la cebra
damas de la cebra
jóvenes que se expresan y son incluídos
y varios logros que vamos a recuperar.
pregunto a tus habituales lectores
¿y del ciudadano qué?
Reflexionando alrededor de la difícil situación que atraviesa la ciudad, me convenzo cada vez más de la importancia de contar con una ciudadanía mucho más activa y responsable de lo que en ella sucede. Todos tenemos responsabilidad en esto. Los medios también, En todo este cuento prácticamente no hubo control político o administrativo por parte de nadie. Todos los partidos con representación en el concejo de la ciudad, incluyendo el de la U –tamaña contradicción-, muy contentos cogobernando como parte de la coalición de gobierno. Ni siquiera el desastre de la actual administración y la perspectiva favorable para unas próximas elecciones a partir del ejercicio de una oposición constante, natural y llena de buenas razones –objetivas-, lograron apartar a estos partidos de la manguala alrededor del poder. Tan buena sería lo que estaban dando!! El único responsable de todo esto no es Samuel Moreno. Su responsabilidad es indiscutible y en hora buena su suspensión. Sin embargo, los otros partidos también fueron cómplices. Y la ciudadanía tampoco reaccionó proporcionalmente a su inconformidad. Hoy me encontraba en Facebook con amigos que ponían que como ellos no votaron por Samuel en nada tenían la culpa por esto. Y que la culpa correspondía a aquellos que por el votaron. Muchas cosas fallaron. Creo que todos fallamos. Creo que los candidatos actuales también hicieron muy poco en el sentido de alertar sobre lo que pasaba. Por lo menos de manera efectiva. El control político y ciudadano fallo.
Muchas gracias por tu comentario. No puede haber una pregunta mas relevante en estos momentos.
Siempre me a impresionado la manera en que se organizan los taxistas y la cooperacion entre ellos mismos como gremio. En el pasado nos han podido demostrar la solidaridad que existe entre ellos para afrontar problemas como la inseguridad a la cual ellos se encuentran directamente expuestos en el dia a dia. Estoy seguro que si este grupo se empoderara con buenos motivos como los que menciona German en su articulo, seguramente tendria un impacto muy positivo en la ciudad. Paralisar la ciudad por una reduccion de comparendos NO es una buena justificacion para salir a protestar… Un grupo de individuos tan organizados como gremio y solidarios entre ellos mismos podria ser un agente muy importante de cambio para impulsar iniciativas que realmente beneficien a todos. Dejemos de pensar que el Transito o los taxistas son los malos del paseo, Busquemos soluciones para todos!
De igual manera la sociedad y los medios deberian reconocer las buenas practicas de estos «Reyes del Asfalto» para que incentivarlos a que puedan ser «Super Heroes del asfalto».